“Las matemáticas poseen no sólo la verdad, sino cierta
belleza suprema. Una belleza fría y austera, como la de una escultura.” Bertrand Russell
«Una ecuación para mí no tiene
sentido, a menos que represente un pensamiento de Dios». Srinivasa
Aiyangar Ramanujan (1887 – 1920)
Ramanujan, uno de los más grandes
matemáticos demostró que el método científico no está reñido con la
espiritualidad.
De escasa preparación académica
Ramanujan veía en su cabeza el resultado de complejas fórmulas matemáticas que
después tenía que desarrollar para demostrar su veracidad. Actualmente las
fórmulas matemáticas de Ramanujan se utilizan para estudiar el comportamiento
de los agujeros negros.
“Y se retiró de la ventana violentamente,
porque sabía que iba a llorar y no quería que la Uca—uca le viese. Y cuando
empezó a vestirse le invadió una sensación muy vívida y clara de que tomaba un
camino distinto del que el Señor le había marcado. Y lloró, al fin.”
Daniel El
Mochuelo lloró con razón y conocimiento, lloró como un hombre al comprender que
el camino de la infancia terminaba en ese momento de sus once años, cuando
abandonaba el valle familiar y protector que le vio nacer, al valle al que
pertenecía como los árboles y los prados, como las montañas, como el río, la
carretera y las vías del tren, como los arrendajos, los verderones, los jilgueros
y el sonido de la campana de la iglesia.
En nombre
del progreso y porque su padre, el quesero, quería lo mejor para él, debía ir a la ciudad a estudiar y tenía que dejar entre aquellas montañas, a la Uca-uca la niña pecosa, a quien empezaba a querer, a su
amigo Roque El Moñigo, al cura D. José, que era un santo, a Las Guindillas y a Las
Lepóridas, al Manco y al Herrero, al Zapatero el hombre que de perfil no se le
ve, al maestro El Peón que avanza de frente y come de lado...
El Camino
es la tercera novela que escribió Miguel Delibes, publicada en 1950. Novela
costumbrista de la vida de una aldea del norte en tiempos de la postguerra
española, en la que bien nos vemos reflejados, los que como Daniel El Mochuelo,
pasamos nuestra infancia entre montañas, con un río para chapotear y nadar en
verano, prados de hierba verde donde nos tumbábamos a contemplar las copas de
los chopos sobre el cielo azul profundo, montañas altas desde las que se veía nuestro
valle, nuestro mundo, los tejados de las casas alineadas, el río, la carretera
y la vía del tren con sus máquinas de vapor soltando enormes bocanadas de humo
al salir del túnel...
Muchos,
como Daniel El Mochuelo, tuvimos que dejar también nuestro valle de la infancia
¿para progresar?... y “tomar un camino distinto
del que el Señor nos había marcado.”Y
al final también lloramos de nostalgia al recordar muestro paraíso perdido, nuestra
verdadera Patria, nuestra infancia. José F. Álvarez
-. ¿Podría
existir algo en el mundo cuyo conocimiento exigiera catorce años de esfuerzo,
tres más de los que ahora contaba Daniel? Seguramente, en la ciudad se pierde
mucho el tiempo —pensaba el Mochuelo— y, a fin de cuentas, habrá quien, al cabo
de catorce años de estudio, no acierte a distinguir un rendajo de un jilguero o
una boñiga de un cagajón. La vida era así de rara, absurda y caprichosa. El
caso era trabajar y afanarse en las cosas inútiles o poco prácticas.
.- Lo que
su padre no logró haber sido, quería ahora serlo en él. Cuestión de capricho.
Los mayores tenían, a veces, caprichos más tozudos y absurdos que los de los
niños.
AMISTAD
.- Entre
ellos tres no cabían disensiones. Cada cual acataba de antemano el lugar que le
correspondía en la pandilla. Daniel, el Mochuelo, sabía que no podía imponerse
a el Moñigo, aunque tuviera una inteligencia más aguda que la suya, y Germán,
el Tiñoso, reconocía que estaba por debajo de los otros dos, a pesar de que su experiencia
pajarera era mucho más sutil y vasta que la de ellos. La prepotencia, aquí, la
determinaba el bíceps y no la inteligencia, ni las habilidades, ni la voluntad.
Después de todo, ello era una cosa razonable, pertinente y lógica.
.-En
primavera y verano, Roque, el Moñigo, y Daniel, el Mochuelo, solían sentarse,
al caer la tarde, en cualquier leve prominencia y desde allí contemplaban,
agobiados por una unción casi religiosa, la lánguida e ininterrumpida vitalidad
del valle... ¡Era gozoso ver surgir las locomotoras de las bocas de los
túneles! Surgían como los grillos cuando el Moñigo o él orinaban, hasta
anegarlas, en las huras del campo. Locomotora y grillo evidenciaban, al salir
de sus agujeros, una misma expresión de jadeo, amedrentamiento y ahogo.
.- En las
tardes dominicales y durante las vacaciones veraniegas los tres amigos
frecuentaban los prados y los montes y la bolera y el río. Sus entretenimientos
eran variados, cambiantes y un poco salvajes y elementales. Es fácil hallar
diversión, a esa edad, en cualquier parte
.- ¿Que
por qué las robaban? Eso constituía una cuestión muy compleja. Quizá,
simplificando, porque ninguno de ellos, entonces, rebasaba los nueve años y la emoción
de lo prohibido imprimía a sus actos rapaces un encanto indefinible. Le robaban
las manzanas al Indiano por la misma razón que en los montes, o en el prado de
la Encina, después del baño, les gustaba hablar de "eso" y conjeturar
sobre "eso", que era, no menos, el origen de la vida y su misterio
HOMBRÍA
...y
pensó que no sabría contener las lágrimas, por más que su amigo Roque, el
Moñigo, le dijese que un hombre bien hombre no debe llorar aunque se le muera
el padre.
.- La
voluntad del Moñigo no era un cero a la izquierda como la suya; valía por la
voluntad de un hombre; se la tenía en cuenta en su casa y en la calle. El
Moñigo poseía personalidad
Y SACRIFICIO
—Cuídate
y cuida la ropa, hijo. Bien sabes lo que a tu padre le ha costado todo esto.
Somos pobres. Pero tu padre quiere que seas algo en la vida. No quiere que
trabajes y padezcas como él. Tú —le miró un momento como enajenada— puedes ser
algo grande, algo muy grande en la vida, Danielín; tu padre y yo hemos querido
que por nosotros no quede.
.-... el
quesero se tornó taciturno y malhumorado. Hasta entonces, como decía su mujer,
había sido como una perita en dulce. Y fue el cochino afán del ahorro lo que
agrió su carácter. El ahorro, cuando se hace a costa de una necesidad
insatisfecha, ocasiona en los hombres acritud y encono.
TIERRA
MADRE
.- La
tierra exhalaba un agradable vaho a humedad y a excremento de vaca. También
olía, con más o menos fuerza, la hierba según el estado del cielo o la
frecuencia de las lluvias. A Daniel, el Mochuelo, le placían estos olores, como
le placía oír en la quietud de la noche el mugido soñoliento de una vaca o el
lamento chirriante e iterativo de una carreta de bueyes avanzando a trompicones
por una cambera.
Con
frecuencia, Daniel, el Mochuelo, se detenía a contemplar las sinuosas callejas,
la plaza llena de boñigas y guijarros, los penosos edificios, concebidos tan
sólo bajo un sentido utilitario. Pero esto no le entristecía en absoluto. las
calles, la plaza y los edificios no hacían un pueblo, ni tan siquiera le daban
fisonomía. A un pueblo lo hacían sus hombres y su historia. Y Daniel, el
Mochuelo, sabía que por aquellas calles cubiertas de pastosas boñigas y por las
casas que las flanqueaban, pasaron hombres honorables, que hoy eran sombras,
pero que dieron al pueblo y al valle un sentido, una armonía, unas costumbres,
un ritmo, un modo propio y peculiar de vivir.
ALGO DEL
VECINDARIO.
.- Bien
decía Andrés, el zapatero: "Cuando a las gentes les faltan músculos en los
brazos, les sobran en la lengua
.- La
Guindilla mayor respetó el llanto de su hermana. El llanto era necesario para
lavar la conciencia. Cuando Irene se incorporó, las dos hermanas se miraron de
nuevo a los ojos. Apenas precisaban de palabras para entenderse. La comprensión
brotaba de lo inexpresado
“—Las
mujeres feas no tenemos honra, desengáñate, hermana”
.- Le
gustaba demasiado Quino, el Manco, para abandonar el campo sin quemar el último
cartucho. Le gustaba porque era todo un hombre: fuerte, serio y cabal. Fuerte,
sin ser un animal como Paco, el herrero; serio, sin llegar al escepticismo, como
Pancho, el Sindiós, y cabal, sin ser un santo, como don José, el cura, lo era.
En fin, lo que se dice un hombre equilibrado, un hombre que no pecaba por
exceso ni por defecto, un hombre en el fiel. AUDIOLIBRO INDEXADO: https://www.youtube.com/watch?v=LlXb4beJfw0
sábado, 15 de junio de 2019
CON LAS LLUVIAS DE ABRIL Y EL SOL DE MAYO...
"Si la felicidades algo posible y
real –lo que a veces pienso– yo la identifico mentalmente con los años de mi
vida en Soria y con el amor de mi mujer".
Estamos en la primavera de 1912 en Soria, D. Antonio
pasea por los cerros que rodean la ciudad, por cuyo valle desciende
suavemente el Duero. Su jovencísima esposa, de de tan solo dieciocho años
Leonor Izquierdo, de quien el poeta está totalmente enamorado, aparenta
una mejoría de su grave enfermedad pulmonar (tuberculosis o tisis) que le
había aparecido en el verano anterior en Francia.
Machado, ante una ramitas verdes que brotan de un olmo
viejo, escribe con el alma este poema de ilusión, estas palabras de
esperanza: “espero hacia la luz y hacia la vida un milagro de la primavera”,
con el deseo de la curación de su amada . Milagro que por desgracia no se llega
a producir, Leonor fallece en julio de este mismo año.
Apenado, desesperado mas bien, abandona Soria
intentando dejar atrás su dolor, pide traslado y le dan plaza de profesor de
francés en Baeza en donde desahoga sus penas con largos paseos en solitario por
la sierra.
A UN OLMO SECO
Al olmo viejo, hendido por el
rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del
Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
viernes, 24 de mayo de 2019
EDUARD
PUNSET
QUÉ ES LO
SE MUERE CUANDO UNO SE MUERE
Somos átomos y los átomos son eternos
¿POR QUÉ
SOMOS COMO SOMOS?
Conócete a ti mismo y conocerás el universo. (Sócrates Siglo 4 a.C.)
¿HAY VIDA
ANTES DE LA MUERTE?
“Los monos y los hombres podemos cambiar de opinión, una rata, tal vez,
pero un sapo no puede cambiar de opinión”
¿HAY
ALGUIEN POR MÁS POR AHÍ?
“el amor estaba divinamente explicado hace tres mil quinientos
millones de años”
AMOR Y
SEGURIDAD
“El mayor desafío del ser humano es el otro humano”
lunes, 25 de marzo de 2019
EL CURIOSO IMPERTINENTE
El curioso impertinente es una
novela corta que Cervantes intercala en el primer tomo de Don Quijote y que
Pero Pérez, el cura de la aldea, lee en voz alta para sí y para los que en la
venta de Palomeque están.
En Florencia, Anselmo casado con
Camila decide poner a prueba la virtud y fidelidad de su esposa y para ello quiere
contar con Lotario, su amigo leal e inseparable. Éste intenta disuadirle de
tamaña majadería, pero sus múltiples razones no son atendidas por Anselmo que
insiste en que la prueba se lleve a efecto dándoles todas las facilidades para
que Camila se rinda a los requerimientos de su amigo Lotario...
Terminada de leerla, opina el
cura:
“Bien me
parece esta novela, pero no me puedo persuadir que esto sea verdad y, si esto
es fingido, fingió mal el autor, porque no se puede imaginar que haya marido
tan necio que quiera hacer tan costosa experiencia como Anselmo. Si este caso
se pusiera entre un galán y una dama, pudiérase llevar, pero, entre marido y
mujer algo tiene de imposible; y en lo que toca al modo de contarle, no me
descontenta.”
Es una novela que según el
bachiller Carrasco comentará en el segundo tomo del Quijote, ha sido criticada,
no porque fuera mala sino por estar fuera de lugar y que nada tiene que ver con
las andanzas del caballero andante.
Y Cervantes, en la pluma de Cide
Hamete Benengeli, defiende estas obras incluidas en la principal, asegurando
que eran dignas de haberse imprimido por su propio valor de manera independiente.
EL LOBO ESTEPARIO Y EL HOMBRE Era el lobo estepario. ¿Y
quién buscaba entre los escombros de la propia vida el sentido que se había
llevado el viento, quién sufría lo aparentemente absurdo y vivía lo
aparentemente loco y esperaba secretamente aún en el último caos errante la
revelación y proximidad de Dios? Era el lobo estepario.
---
Quien no lleva dentro un lobo, no tiene por eso que ser feliz tampoco. Y hasta
la vida más desgraciada tiene también sus horas luminosas y sus pequeñas flores
de ventura entre la arena y el peñascal
---
...les producía luego ( A la gente que admiraba la fiereza del lobo)
extraordinaria decepción y pena que de pronto el fiero y perverso lobo fuera
además un hombre, tuviera dentro de sí afanes de bondad y de dulzura y quisiera
además escuchar a Mozart, leer versos y tener ideales de humanidad.
---
Una oficina, una cancillería, un negociado eran cosas para él tan execrables
como la muerte, y lo más terrible que pudo vivir en sueños fue la reclusión en
un cuartel. A todas estas situaciones supo sustraerse, a veces A todas estas
situaciones supo sustraerse, a veces mediante grandes sacrificios.
En esto estaba su fortaleza y su virtud, aquí era inflexible, aquí era su
carácter firme y rectilíneo.
---
Pues todo hombre fuerte alcanza indefectiblemente aquello que va buscando con
verdadero ahínco.
---
¡Ah, Harry, nos vemos precisados a taconear por tanta basura y por tanta
idiotez para poder llegar a nuestra casa! Y no tenemos a nadie que nos lleve;
nuestro único guía es nuestro anhelo nostálgico.
SERENIDAD, SOLEDAD, ANGUSTIA Y ESPERANZA Es algo hermoso esto de la
autosatisfacción, la falta de preocupaciones, estos días llevaderos, a ras de
tierra, en los que no se atreven a gritar ni el dolor ni el placer, donde todo
no hace sino susurrar y andar de puntillas.
---
¡Ah, es difícil encontrar esa huella de Dios en medio de esta vida que
llevamos, en medio de este siglo tan contestadizo, tan burgués, tan falto de
espiritualidad, a la vista estas arquitecturas, de estos negocios, de esta
política, de estos hombres! ¿Cómo no había yo de ser un lobo estepario y un
pobre anacoreta en medio de un mundo, ninguno de cuyos fines comparto, ninguno
de cuyos placeres me llama la atención?
---
Soledad era independencia, yo me la había deseado y la había conseguido al cabo
de largos años. Era fría, es cierto, pero también era tranquila,
maravillosamente tranquila y grande, como el tranquilo espacio frío en que se
mueven las estrellas.
LA VIDA Y LA DIVERSIÓN
Pero lo que más me hacía
falta, por lo que suspiraba tan desesperadamente, no era saber y comprender,
sino vida, decisión, sacudimiento e impulso
---
... los animales son mucho más justos que los hombres.
-¿«Qué es eso de «justo»? ¿Qué quieres decir con eso?
-Bueno, observa un animal cualquiera: un gato, un pájaro, o uno de los hermosos
ejemplares en el Parque Zoológico: un puma o una jirafa. Verás que todos son
justos, que ni siquiera un solo animal está violento o no sabe lo que ha de
hacer y cómo ha de conducirse. No quieren adularte, no pretenden imponérsete.
No hay comedia. Son como son, como la piedra y las flores o como las estrellas
en el cielo. ¿Me comprendes
---
...aseguras que la vida te ha costado sabe Dios cuánto trabajo. Eso es una
trola, amigo, y a tu edad ya no está bien. Sí, ¿cómo puedes decir que te ha
costado tanto trabajo la vida, si ni siquiera quieres bailar?
---
Pero si para divertirte necesitas el permiso de los demás, entonces eres
verdaderamente un pobre diablo.
---
La seriedad, joven, es cosa del tiempo; se produce, esto por lo menos quiero
revelártelo, se produce por una hipertensión del tiempo. También yo (Motzar) estimé
demasiado en mis días el valor del tiempo, por eso quería llegar a los cien
años. En la eternidad, sin embargo, no hay tiempo, como ves: la eternidad es un
instante, lo suficiente largo para una broma.
OTROS LO LLAMAN AMOR ¿No comprendes, señor
erudito, que yo te gusto y represento algo para ti, porque en mi interior hay
algo que responde a tu ser y te comprende? En realidad todos los hombres debían
ser espejos así los unos para los otros y responder y corresponderse mutuamente
de esta manera, pero los pájaros como tú son todos personas extrañas y caen con
facilidad en un encantamiento que les impide ver y leer nada en los ojos de los
demás, y ya no les importa nada de nada. Y si uno de estos pájaros vuelve a
encontrar así de pronto una cara que lo mira verdaderamente y en la que nota
algo como respuesta y afinidad, ¡ah!, entonces experimenta naturalmente un
placer
---
Como un capullo que se abre, fue libertándose de la tensión y el peso, y de
pronto se pintó en sus labios una sonrisa encantadora, en tanto que los ojos
aún continuaron, un momento, inmóviles y fascinados.
---
...también ella olía a mujer y a amor, también su baile cantaba delicada e
íntimamente la atrayente canción deliciosa del sexo;
---
-Pero ¿qué tienes contra la dicha que has encontrado ahora con María? ¿Por qué
no estás contento?
-No tengo nada contra esta dicha, ¡oh, no!; la quiero, le estoy
agradecido. Es hermosa como un día de sol en medio de una primavera lluviosa.
Pero me doy cuenta de que no puede durar. También esta dicha es estéril.
Satisface, pero la satisfacción no es alimento para mí. Adormece al lobo
estepario, lo sacia. Pero no es felicidad para morir por ella.
LOS CULPABLES
DE LA GUERRA? Un par de veces he
expresado la opinión de que todo pueblo y hasta todo hombre aislado, en vez de
soñar con mentidas «responsabilidades» políticas, debía reflexionar dentro de
sí, hasta qué punto él mismo, por errores, negligencias y malos hábitos, tiene
parte también en la guerra y en todos los demás males del mundo; éste acaso sea
el único camino de evitar la próxima guerra.
Esto no me lo perdonan, pues es natural que ellos mismos se crean perfectamente
inocentes: el káiser, los generales, los grandes industriales, los políticos,
nadie tiene que echarse en cara lo más mínimo, nadie tiene ninguna clase de
culpa. Se diría que todo estaba magníficamente en el mundo..., sólo yacen
dentro de la tierra una docena de millones de hombres asesinados.
Y mira, Armanda, aun cuando estos artículos difamatorios ya no
puedan molestarme, alguna vez no dejan de entristecerme. Dos tercios de mis
compatriotas leen esta clase de periódicos, leen todas las mañanas y todas las
noches estos ecos, son trabajados, exhortados, excitados, los van haciendo
descontentos y malvados, y el objetivo y fin de todo esto es la guerra otra
vez, la guerra próxima que se acerca, que será aún más horrorosa que lo ha sido
esta última.
Todo esto es claro y sencillo; todo hombre podría comprenderlo,
podría llegar a la misma conclusión con una sola hora de meditación. Pero
ninguno quiere eso, ninguno quiere evitar la guerra próxima, ninguno quiere ahorrarse
así mismo y a sus hijos la próxima matanza de millones de seres, si no puede
tenerlo más barato. Meditar una hora, entrar un rato dentro de sí e inquirir
hasta qué punto tiene uno parte y es corresponsable en el desorden y en la
maldad del mundo; mira, eso no lo quiere nadie. Y así seguirá todo, y la
próxima guerra se prepara con ardor día tras día por muchos miles de hombres.
Esto, desde que lo sé, me ha paralizado y me ha llevado a la desesperación, ya
que no hay para mí «patria» ni ideales, todo eso no es más que escenario para
los señores que preparan la próxima carnicería. No sirve para nada pensar, ni
decir, ni escribir nada humano, no tiene sentido dar vueltas a buenas ideas
dentro de la cabeza; para dos o tres hombres que hacen esto, hay día por día
miles de periódicos, revistas, discursos, sesiones públicas y secretas, que
aspiran a lo contrario y lo consiguen. (El Lobo Estepario se escribió en 1920, la segunda Guerra Mundial estalló en
1939)
---
Mira, bailar, cuando se sabe, es tan sencillo como pensar y de aprender es
mucho más fácil. Ahora comprenderás un poco mejor por qué los hombres no
quieren acostumbrarse a pensar, sino que prefieran llamar al señor Haller un
traidor a la patria y esperar tranquilamente la próxima guerra.
LA MÚSICA Y LA VIDA -Se trata de hacer música,
señor Haller, de hacer música tan bien, tanta y tan intensiva, como sea
posible. Esto es, monsieur. Si yo tengo en la cabeza todas las obras de Bach y
de Haydn y sé decir sobre ellas las cosas más juiciosas, con ello no se hace un
servicio a nadie. Pero si yo cojo mi tubo y toco un shimmy de moda, lo mismo da
que sea bueno o malo, ha de alegrar sin duda a la gente, se les entra en las
piernas y en la sangre. De esto se trata nada más. Observe usted en un salón de
baile las caras en el momento en que se desata la música después de un largo
descanso; ¡cómo brillan entonces los ojos, se ponen a temblar las piernas,
empiezan a reír los rostros! Para esto se toca la música.
INMORTALIDAD Y la «eternidad» no era
otra cosa que la liberación del tiempo, era en cierto modo su vuelta a la
inocencia, su retransformación en espacio.
---
A nosotros los inmortales no nos gusta que se nos tome en serio, nos gusta la
broma. La seriedad, joven, es cosa del tiempo; se produce, esto por lo menos
quiero revelártelo, se produce por una hipertensión del tiempo. También yo
estimé demasiado en mis días el valor del tiempo, por eso quería llegar a los
cien años. En la eternidad, sin embargo, no hay tiempo, como ves: la eternidad
es un instante, lo suficiente largo para una broma.
HESSE Y MACHADO ...y repentinamente volví
a acordarme de la olvidada melodía de aquellos dulces compases de oboes: como
una pequeña y reluciente pompa de jabón la sentí ascender dentro de mí,
brillar, reflejar policromo y pequeño el mundo entero y romperse de nuevo
suavemente. Si había sido posible que esta pequeña melodía celestial
echara misteriosamente raíces en mi alma y un día dentro de mí hiciera brotar
su encantadora flor con todos los bellos matices, ¿podía estar yo
irremisiblemente perdido? (Hess
1920)
--- “...yo amo los mundos sutiles,/ingrávidos y gentiles /como pompas de jabón.
/ Me gusta verlos pintarse /de sol y grana, volar / bajo el cielo azul, temblar
/súbitamente y quebrarse.”
(A. Machado 1917)
Imagina unos hombres, dice Platón, que al nacer son encadenados a un muro que no llega al techo, dentro de una gruta, con un foco que no pueden ver y cuya luz les llega desde atrás por encima de la tapia, como tampoco pueden ver a las personas que detrás del muro caminan, hablando o en silencio, haciendo sobresalir de la pared objetos de madera o piedra que proyectan sus sombras sobre la pantalla que tienen enfrente.
Toda su vida la pasan ahí, una generación tras otra. Le han dado nombre a los objetos que ven y que consideran reales: caballo, guerrero, cuervo, gato… pasan el tiempo intentando adivinar cuándo y en qué orden y dirección aparecerán las figuras, si hablarán o no y con qué tono y con qué timbre. Alguno de ellos es admirado y casi venerado por la cantidad de aciertos a que llega con su atenta observación, llegando a ser el líder de la comunidad.
Ese hombre, desatado y obligado a mirar las figuras reales y no sus sombras, seguiría en principio pensando que la realidad era lo que siempre vio no lo que ahora ve. Forzándole a salir de la cueva, quedaría momentáneamente ciego ante la luz del sol y poco a poco iría distinguiendo primero las sombras, después las imágenes reflejadas en el agua, después las propias formas de las cosas, nítidas y policromadas y por último podría comprobar que el sol iluminaba todo el mundo y podría comprender el universo.
Conocida esta verdad no le apetecería regresar de ninguna manera a gozar de los honores que sus compañeros le dedicaban en la caverna. Sin embargo debe volver y explicarles lo equivocados que viven pensando que las sombras reflejadas es la realidad, sino que la verdad está fuera de la caverna. En principio lo toman por loco; y teniendo los ojos acostumbrados a la luz, de momento no podrá distinguir las sombras que antes dominaba, considerarán que por haber salido fuera tiene los ojos estropeados por lo que si él intentara liberarlos de las cadenas, con seguridad lo matarían.
SÍMBOLOS DE LA ALEGORÍA
PRISIONEROS- El hombre en su mundo con sus valores
LIBERACIÓN .- Descubrimiento del mundo verdadero o de las ideas
SOMBRAS PROYECTADAS- Las imágenes que el hombre ve en su mundo que son reflejo de los objetos del mundo verdadero o de las ideas
OBJETOS REFLEJADOS EN EL AGUA.- Ideas matemáticas
OBJETOS.- La realidad del mundo superior o de las ideas.
SOL.- Idea suprema del bien, de la luz, del conocimiento
Con quince Edgar Allan Poe años se enamoró platónicamente e idealiza a Helen Stanard, joven madre de uno de sus compañeros a cuya casa acudía a
jugar, le compuso este poema:
«Helen, tu belleza es para mí como esas remotas barcas
niceas que, dulcemente, sobre un mar perfumado, traían al cansado viajero
errabundo de retorno a sus playas nativas»
Ella, agradecida,
lo introduce en el mundo de la pasión adulta. Su amor clandestino duró toda la
vida de Helen, casi un año, quien murió en 1824 con treinta y un años dejando al muchacho
lleno de dolor y desconsuelo. Él nunca la olvidaría.
RELACIÓN DE SU
PERSONA VALEROSA QUE SU AMO DA A LÁZARO DE TORMES
“Mayormente -dijo-
que no soy tan pobre que no tengo en mi tierra un solar de casas, que a estar
ellas en pie y bien labradas, diez y seis leguas de donde nací, en aquella
Costanilla de Valladolid, valdrían más de doscientas veces mil maravedís, según
se podrían hacer grandes y buenas; y tengo un palomar que, a no estar derribado
como está, daría cada año más de doscientos palominos; y otras cosas que me
callo, que dejé por lo que tocaba a mi honra.
Y vine a esta ciudad,
pensando que hallaría un buen asiento, mas no me ha sucedido como pensé.
Canónigos y señores de la iglesia, muchos hallo, mas es gente tan limitada que
no los sacarán de su paso todo el mundo. Caballeros de media talla, también me
ruegan; mas servir con estos es gran trabajo, porque de hombre os habéis de
convertir en malillay si no, ¡anda con Dios! os
dicen. Y las más veces son los pagamentos a largos plazos, y las más y las más
ciertas, comido por servido. Ya cuando quieren reformar conciencia y
satisfaceros vuestros sudores, sois librados en la recámara, en un sudado jubón
o raída capa o sayo.
Ya cuando asienta un
hombre con un señor de título, todavía pasa su lacería. ¿Pues por ventura no
hay en mi habilidad para servir y contestar a éstos? Por Dios, si con él
topase, muy gran su privado pienso que fuese y que mil servicios le hiciese,
porque yo sabría mentille tan bien como otro, y agradalle a las mil maravillas:
reille ya mucho sus donaires y costumbres, aunque no fuesen las mejores del mundo;
nunca decirle cosa con que le pesase, aunque mucho le cumpliese; ser muy
diligente en su persona en dicho y hecho; no me matar por no hacer bien las
cosas que el no había de ver, y ponerme a reñir, donde lo oyese, con la gente
de servicio, porque pareciese tener gran cuidado de lo que a él tocaba; si
riñese con algún su criado, dar unos puntillos agudos para la encender la ira y
que pareciesen en favor del culpado; decirle bien de lo que bien le estuviese
y, por el contrario, ser malicioso, mofador, malsinar a
los de casa y a los de fuera; pesquisar y procurar de saber vidas ajenas para
contárselas; y otras muchas galas de esta calidad que hoy día se usan en
palacio.
Y a los señores dél
parecen bien, y no quieren ver en sus casas hombres virtuosos, antes los
aborrecen y tienen en poco y llaman necios y que no son personas de negocios ni
con quien el señor se puede descuidar. Y conestos los astutos usan, como
digo, el día de hoy, de lo que yo usaría. Mas no quiere mi ventura que le
halle.”
Desta manera
lamentaba también su adversa fortuna mi amo, dándome relación de su persona
valerosa.
El
teniente y el cura. Dos protagonistas sin nombre de una historia de la
revolución mexicana de 1910.
Dos
formas incompletas de contemplar la sociedad. Una por materialista excluyente,
la del teniente y la otra, la del cura, por ignorar las necesidades materiales
de sus feligreses.
Y una
realidad constante, que la humanidad, incluso a fecha de hoy, se niega a tener
en cuenta, que las revoluciones matan a las personas pero que las ideas siguen
vivas y aun acrecentadas sobre la mitología de los héroes y mártires de los
diversos bandos, contaminando incluso la realidad de los hechos históricos y la
pureza de las ideas.
El ser
humano es materia y es espíritu y hay que cuidar a ambos con
esfuerzo, pulcritud y honestidad: “orandum est ut sit mens sana in corpore
sano.” “Se debe orar que se nos conceda una mente sana en un cuerpo
sano”, decía Juvenal. Cuerpo y alma. Cuando una filosofía o una teología
disgregan esta dualidad es cuando surgirá de nuevo una Inquisición religiosa o
una Revolución social y ambas, una y otra solamente traen al hombre
sufrimiento, enfermedad, dolor y muerte. Siempre hay, y siempre habrá, hombres
buenos y hombres malos en los dos bandos y da lo mismo quien venza en la
guerra, al final todo se corrompe y lo único que cambia es el nombre y el
método de los tiranos que explotan a la sociedad.
¡Poder y
Gloria! El poder del hombre para imponer la justicia y la equidad sobre sí
mismo en los asuntos materiales y la gloria inmensa de Dios, o de la Naturaleza
si así quieres llamarle, para disfrutar de su grandeza en sus infinitas
demostraciones, desde una flor minúscula que llama tu atención cuando miras
donde pisas, hasta la majestuosidad de un amanecer, una puesta de sol o la
furia de una tormenta.
La Gloria
está en este mundo, cierto, así lo dicen los revolucionarios que alzan su voz
pregonando su ateísmo y que en el fondo de su corazón se entusiasman con la
espiritualidad de la belleza. La misma gloria que disfrutan los creyentes
dándole gracias a Dios por tanta hermosura.
¿Dónde
está la diferencia?
“-Esto
es útil también. Comprender a un enemigo, quiero decir.” Dijo el
teniente.
NOTAS
1.-El orgullo oscilaba en su voz
como una planta de raíces superficiales
2.-...su limpieza daba una
impresión de ambición excesiva en la ciudad andrajosa
3.-Total: un hombre feliz. Un
odio instintivo, como el del perro al gato, se agitó en las entrañas del
teniente.
4.-Sus ideas le prestaban cierta
dignidad mientras permanecía de pie en el cuartito enjalbegado, con sus botas
lustrosas y su rencor
5.-El calor se aposentaba en el
cuarto como un enemigo
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6.-Ella dijo:
–Preferiría morirme.
–¡Oh, desde luego! –asintió él–. Ni que decir tiene. Pero hemos de continuar
viviendo.
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7.-La vida no la había atacado
aún: su aire inexpugnable era falso
8.-...dábase cuenta que su cariño
excesivo le robaba autoridad. Uno no puede regir lo que ama; uno lo observa
cuando se arroja con temeridad hacia el puente roto, el carril levantado, el
horror de los setenta años futuros
9.-...lo que está fuera de la
vida, está fuera del recuerdo
10.-Ella avanzaba con lógica,
cada paso a su tiempo, eliminando todas las objeciones.
11.-...el viejo producía un
sorprendente efecto de permanencia. Viviendo en el límite de la existencia,
nada podía cambiar gran cosa en él. Hacía tiempo que era viejo.
12.-...sentía la fuerte atracción
de cumplir con su deber y empezó a trazar el signo de la cruz en el aire;
entonces volvió el miedo, como un narcótico. El envilecimiento y la seguridad
le aguardaban abajo, junto al muelle: necesitaba marcharse
13.-Comprendió que se hallaba en
las garras del imperdonable pecado: la desesperación.
14.-Se sentía feliz. Es una de
las revelaciones extrañas en tal clase de vida; un hombre, a pesar de
padecerla, tiene momentos de alborozo: siempre halla comparaciones con tiempos
peores. Hasta en el peligro y en la miseria el péndulo oscila.
15.-El haber cesado en la
desesperación no significaba, por supuesto, que no estuviese condenado; suponía
simplemente que después de cierto tiempo el misterio se había hecho demasiado
grande
16.-Tenía la mente llena de una
mitología simplificada: Miguel, revestido de coraza, mataba el dragón, y los
ángeles caían por el espacio cual cometas de flameante cabellera porque
tuvieron celos, según ha dicho uno de los Padres, de lo que Dios destinaba a
los hombres: el privilegio enorme de la vida, de esta vida
17– ¿Dónde dormirás tú?
El hombre temía que ella hiciera valer sus derechos. La observaba con disimulo.
¿El matrimonio no era más que aquello: la duda, el recelo y el desasosiego?
Cuando la gente se confesaban con él y hablaban de pasión, ¿era todo esto lo
que querían decir: el lecho duro, la mujer atareada y el no hablar del
pasado...?
18.-Tendría una idea sin duda.
Las mujeres son asombrosamente prácticas construyendo en el acto planes nuevos
sobre las ruinas de los viejos.
19.-Sentada sobre ese tronco de
árbol junto al vertedero, mostraba un aire de abandono. El mundo ya se alojaba
en su corazón como el germen de la podredumbre en una fruta. Se hallaba sin
protección; carecía de gracia, de encanto, que abogaran por ella
20.-–Un pobre no puede escoger.
Padre. Ahora, si yo fuese rico, un poco rico nada más, sería bueno.
21.-...no pudo poner voluntad en
la oración. Era la falacia del arrepentimiento en el lecho de muerte. La
contrición es el fruto de un largo ejercicio, de una prolongada disciplina; el
temor no es suficiente.
22.-Le preocupó siempre el
destino de las mujeres devotas: tanto como el de los políticos. Se alimentan de
ilusiones. Se aterrorizaba por ellos. Con frecuencia llegan a la muerte en un
estado de complacencia invencible, hueros de caridad. Era un deber, si uno
podía, despojarles de sus nociones sentimentales acerca del bien
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23.-–Pero la fealdad...
–No crea eso. Es peligroso. Porque de pronto descubrimos que hay en nuestros
pecados mucha belleza... Se necesita aprender mucho para ver las cosas con ojos
de santo. Un santo tiene un gesto sutil para la belleza...
Yo sé, por experiencia, cuánta belleza llevó Satán consigo al infierno en su
caída. Nadie dijo jamás que los ángeles caídos fueran los feos. Oh, no; eran
precisamente tan ágiles, hermosos y brillantes...
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24.- Cuando uno mira con
detención a un hombre o a una mujer, siempre llega a sentir piedad...; ésa es
una cualidad que la imagen de Dios trae consigo. Cuando miráis las arrugas
junto a los ojos, la forma de la boca, el modo de crecer el pelo, es imposible
odiar. El odio no es más que un fracaso de la imaginación.
25.- Aquél era otro misterio. A
veces le parecía que los pecados veniales (impaciencia, una mentira sin
importancia, orgullo, una oportunidad despreciada...) le separan a uno de la
gracia más por completo que los peores pecados. Durante su inocencia no sintió
amor por nadie; ahora, su corrupción le había enseñado...
26.- El instinto se parece al
sentido del deber; se le puede confundir fácilmente con la lealtad
27.-...el primer deber del hombre
es para consigo mismo
28.- Una voz procedente de los
años pasados le decía con firmeza, al oído: no se aprecia lo que no se paga.
Era del cura viejo a quien sustituyera en Concepción. Se lo había explicado:
siempre le dirán a usted que son pobres, que se mueren de hambre, pero siempre
tienen algún dinero escondido en cualquier parte, en un puchero
29.- El miedo y la muerte no son
las cosas peores. A veces es un error continuar viviendo”.
30.- Dios puede perdonar la
cobardía y la pasión, ¿pero era posible perdonar la devoción maquinal?
31.- la salvación puede caer como
un rayo en el corazón malvado; pero el hábito de la devoción lo excluye todo
menos el rezo de la tarde, las reuniones de la hermandad y el contacto de los
labios humildes sobre la mano enguantada.
32.- También la infelicidad puede
convertirse en hábito como la devoción
33.-–Esto es útil también.
Comprender a un enemigo, quiero decir.