Juan
Ramón Jiménez (1881 – 1958)
Aunque se piense que
Platero es un libro infantil, Juan Ramón Jiménez nunca escribió para niños
porque los niños pueden leer lo que leen los adultos, salvo excepciones que a nadie
se le escapan.
El amor que le tengo a la literatura se lo debo a Platero y a mi profesor de
lengua y literatura, el padre Ángel, que nos lo ponía como ejemplo de composición literaria.
NOTAS
1.- ¡Cantad, soñad, niños pobres! Pronto, al
amanecer vuestra adolescencia, la primavera os asustará, como un mendigo,
enmascarada de invierno.
—Vamos, Platero...
—Vamos, Platero...
2.- La luna viene con nosotros, grande, redonda,
pura.
Platero, no sé si con su miedo o con el mío, trota, entra en el arroyo, pisa la luna y la hace pedazos.
Platero, no sé si con su miedo o con el mío, trota, entra en el arroyo, pisa la luna y la hace pedazos.
3.- No, Platero, no. Vente tú conmigo. Yo te
enseñaré las flores y las estrellas.
4.- -¡El loco! ¡El loco! ¡El loco!
...Delante está el campo, ya verde. Frente al cielo inmenso y puro, de un incendiado añil, mis ojos— ¡tan lejos de mis oídos! —se abren noblemente, recibiendo en su calma esa placidez sin nombre, esa serenidad armoniosa y divina que vive en el sinfín del horizonte...
...Delante está el campo, ya verde. Frente al cielo inmenso y puro, de un incendiado añil, mis ojos— ¡tan lejos de mis oídos! —se abren noblemente, recibiendo en su calma esa placidez sin nombre, esa serenidad armoniosa y divina que vive en el sinfín del horizonte...
5.-Mira, Platero, qué de rosas caen por todas
partes: rosas azules, rosas blancas, sin color...Diríase que el cielo se
deshace en rosas. Mira cómo se me llenan de rosas la frente, los hombros, las
manos... ¿Qué haré yo con tantas rosas? - Más rosas... Tus ojos, que tú no ves,
Platero, y que alzas mansamente al cielo, son dos bellas rosas.
6.- Subida en lo más alto del pesebre, la cabra me
mira curiosa, doblando la fina cabeza de un lado y de otro, con una femenina
distinción.
7.-En una lila, lila y verde, el loro, verde y rojo,
iba y venía, curioseándonos con sus ojitos redondos.
8.-…la torre del pueblo, (Moguer)…parecía, de cerca,
como una Giralda vista de lejos…
9.- LA PRIMAVERA.-Salgo al huerto y canto gracias al
Dios del día azul. ¡Libre concierto de picos, fresco y sin fin! La golondrina
riza, caprichosa, su gorjeo en el pozo; silba el mirlo sobre la naranja caída;
de fuego, la oropéndola charla, de chaparro en chaparro; el chamariz ríe larga
y menudamente en la cima del eucalipto, y, en el pino grande, los gorriones
discuten desaforadamente. –
10.- ¡Quién, como tú, Platero, pudiera comer
flores..., y que no le hicieran daño!
11.- Son gitanas. Mira sus trajes pintorescos, de
lunares y volantes. ¿Ves? Van a cuerpo, no caída, a pesar de la edad, su
esbeltez. Renegridas, sudorosas, sucias, perdidas en el polvo con sol de
mediodía, aún una flaca hermosura recia las acompaña, como un recuerdo seco y
duro...
Míralas a las tres, Platero. ¡Con qué confianza llevan la vejez a la vida
Míralas a las tres, Platero. ¡Con qué confianza llevan la vejez a la vida
12.- Te he dicho, Platero, que el alma de Moguer es
el vino, ¿verdad? No; el alma de Moguer es el pan. Moguer es igual que un pan
de trigo, blanco por dentro, como el migajón, y dorado en torno — ¡oh sol
moreno!—, como la blanda corteza.
13.-—Platero, no sé si entenderás o no lo que te
digo, pero ese niño tiene en su mano mi alma.
14.- Nos entendemos bien. Yo lo dejo ir a su antojo,
y él me lleva siempre a donde quiero.
Lo beso, lo engaño, le hago rabiar... El comprende bien que lo quiero, y no me guarda rencor. Es tan igual a mí, tan diferente a los demás, que he llegado a creer que sueña mis propios sueños.
Platero se me ha rendido como una adolescente apasionada. De nada protesta. Sé que soy su felicidad. Hasta huye de los burros y de los hombres...
Lo beso, lo engaño, le hago rabiar... El comprende bien que lo quiero, y no me guarda rencor. Es tan igual a mí, tan diferente a los demás, que he llegado a creer que sueña mis propios sueños.
Platero se me ha rendido como una adolescente apasionada. De nada protesta. Sé que soy su felicidad. Hasta huye de los burros y de los hombres...
15.- La chiquilla del carbonero, bonita y sucia cual
una moneda, bruñidos los negros ojos y reventando sangre los labios prietos
entre la tizne, está a la puerta de la choza, sentada en una teja, durmiendo al
hermanito.
16.-El campo está solo con sus árboles y con la
sombra de sus árboles. Hay un canto roto de grillo. Una conversación sonámbula
de aguas ocultas, una blandura húmeda, como si se deshiciesen las estrellas. .
. Platero, desde la tibieza de su cuadra, rebuzna tristemente.
17.- Las niñas comían como mujeres; los niños
discutían como algunos hombres. Al fondo, dando el pecho blanco al pequeñuelo,
la madre, joven, rubia y bella, los miraba sonriendo. Por la ventana del
jardín, la clara noche de estrellas temblaba, dura y fría.
18.- Esta flor vivirá pocos días, Platero, aunque su
recuerdo podrá ser eterno. Será su vivir como un día de tu primavera, como una
primavera de mi vida... ¿Qué le diera yo al otoño, Platero a cambio de esta
flor divina, para que ella fuese, diariamente, el ejemplo sencillo y sin
término de la nuestra? –
19.-Sus ojos brillantes eran dos breves inmensidades
de sentimientos de nobleza.
20.- Y el alma, Platero, se siente reina verdadera
de lo que posee por virtud de su sentimiento, del cuerpo grande y sano de la
Naturaleza, que, respetado, da a quien lo merece el espectáculo sumiso de su
hermosura resplandeciente y eterna. –
21.-Asnografía, s. f.: Se dice,
irónicamente, por descripción del asno. ¡Pobre asno! ¡Tan bueno, tan
noble, tan agudo como eres! Irónicamente... ¿Por qué? ¿Ni una descripción seria
mereces, tú, cuya descripción cierta sería un cuento de primavera? ¡Si al
hombre que es bueno debieran decirle asno! ¡Si al asno que es malo debieran
decirle hombre! Irónicamente... De ti, tan intelectual, amigo del viejo y del
niño, del arroyo y de la mariposa, del sol y del perro, de la flor y de la
luna, paciente y reflexivo, melancólico y amable, Marco Aurelio de los
prados...