Publio
Ovidio Nasón, poeta romano contemporáneo de Jesucristo y de César Augusto (Octavio).
Se cuenta la anécdota que siendo amonestado por su padre para que estudiara retórica, ya que le sería más rentable que la poesía, él le contestaba espontáneamente que quería enmendarse, pero lo hacía en verso: “¡Perdóname, padre!, puedo jurar / que nunca volveré a versificar”
El Arte de amar, es una obra educativa escrita en verso originalmente y que consta de tres tomos. El primero, dirigido al hombre, le enseña dónde y cómo se conquista a una mujer; el segundo muestra como mantener ese amor conseguido y el tercero lo escribe para que la mujer aprenda a enamorar a un hombre.
Estos libros, contrarios a la moral oficial romana de la época, provocaron el disgusto del emperador Augusto, su protector, quien lo envía al exilio, por ser el “maestro del obsceno adulterio” a la aldea de Tomi, en la actual Rumanía. Pero algo diferente debió de ocurrirle, puesto que él declaró que: “una parte de mis desgracias conviene que muera conmigo. Ojalá pueda yo, con mi silencio, disimularla” y alegaba además que sus escritos eran pura invención y no un reflejo de su vida: “¿Acaso son guerreros quienes cantan feroces guerras?”
Se cuenta la anécdota que siendo amonestado por su padre para que estudiara retórica, ya que le sería más rentable que la poesía, él le contestaba espontáneamente que quería enmendarse, pero lo hacía en verso: “¡Perdóname, padre!, puedo jurar / que nunca volveré a versificar”
El Arte de amar, es una obra educativa escrita en verso originalmente y que consta de tres tomos. El primero, dirigido al hombre, le enseña dónde y cómo se conquista a una mujer; el segundo muestra como mantener ese amor conseguido y el tercero lo escribe para que la mujer aprenda a enamorar a un hombre.
Estos libros, contrarios a la moral oficial romana de la época, provocaron el disgusto del emperador Augusto, su protector, quien lo envía al exilio, por ser el “maestro del obsceno adulterio” a la aldea de Tomi, en la actual Rumanía. Pero algo diferente debió de ocurrirle, puesto que él declaró que: “una parte de mis desgracias conviene que muera conmigo. Ojalá pueda yo, con mi silencio, disimularla” y alegaba además que sus escritos eran pura invención y no un reflejo de su vida: “¿Acaso son guerreros quienes cantan feroces guerras?”
NOTAS
LIBRO PRIMERO.- Sobre cómo y dónde conseguir el amor de una mujer
ü El arte
impulsa con las velas y el remo las ligeras naves, el arte guía los veloces
carros, y el amor se debe regir por el arte
ü Si el
manto le desciende hasta tocar el suelo, recógelo sin demora y quítale la
tierra que lo mancha, que bien pronto recabarás el premio de tu servicio, pues
con su consentimiento podrás deleitar los ojos al descubrir su torneada pierna
ü La
justicia y la piedad combatirán bajo tus enseñas
ü Venus en
los festines, es el fuego dentro del fuego.
ü …los
hurtos de Venus son tan dulces al
mancebo como a la doncella; el uno los oculta mal, la otra cela mejor sus
deseos.
ü …la
beldad se deja arrebatar y aplaude al orador elocuente, lo mismo que la plebe,
el juez adusto y el senador distinguido
ü Venus y Fortuna alientan siempre a los audaces
ü …mil
veces el que simula el amor acaba por sentirlo de veras y termina por ser lo
que al principio fingía.
ü La mujer
más casta se deleita cuando oye el elogio de su hermosura
ü Muchas
suspiran por el placer que huye y aborrecen al que se les brinda; insta con
menos fervor y dejarás de parecerle importuno.
LIBRO SEGUNDO .- Sobre
cómo mantener el amor ya conseguido
ü No arguye
menos mérito que la conquista el guardar lo conquistado: lo uno es obra del
azar, lo otro consecuencia del arte.
ü Rechaza
los artificios culpables; si quieres ser amado, sé amable; la belleza del
rostro ni la apostura arrogante, bastan a asegurar el triunfo... si aspiras a
la fidelidad de tu dueña y a no verte un día abandonado, has de juntar las
dotes del alma con las gracias corporales. La belleza es don muy frágil:
disminuye con los años que pasan, y su propia duración la aniquila. No siempre
florecen las violetas y los lirios abiertos, y en el tallo donde se irguió la rosa
quedan las punzantes espinas. Lindo joven, un día blanquearán las canas tus
cabellos, y las arrugas surcarán tus frescas mejillas. Eleva tu ánimo, si
quieres resistir los estragos del tiempo y conservar la belleza: es el único compañero fiel hasta el último
suspiro. Aplícate al cultivo de las
bellas artes y al estudio de las dos lenguas…Seas quien seas, pon una débil
confianza en el prestigio de tu lindo semblante y adórnate con prendas
superiores a las del cuerpo. Una afectuosa complacencia gana del todo los
corazones, y la rudeza engendra odios y guerras enconadas… Lejos de vosotros
las querellas y expresiones ofensivas; el tierno amor se alimenta de dulces
palabras. Con las reyertas, la esposa aleja de sí al marido, y el marido a la
mujer; obrando así creen devolverse sus mutuos agravios…
ü El amor,
como la milicia, rechaza a los pusilánimes y los tímidos que no saben defender
sus banderas.
ü Los celos
rompen los más firmes lazos, las uniones venturosas!
ü …vulgo de
los amantes, préstame dócil atención. El trabajo es arduo, pero no hay esfuerzo
sin peligro, y el arte que enseño se recrea en las dificultades. Tolera en
calma a tu rival y acabarás por vencer, y aun entrarás triunfante en el templo
del sumo Jove. Cree mis vaticinios, que no los profieren labios mortales, sino
las encinas de Dódona
LIBRO TERCERO .- Consejos para que la mujer pueda seducir a un varón
ü La virtud
es femenina por el traje y el nombre.
ü Imitad,
jóvenes mortales, el ejemplo de las diosas, y no neguéis los placeres que
solicitan vuestros ardientes adoradores. Si os engañan, ¿qué perdéis? Todos
vuestros atractivos quedan incólumes, y en nada desmerecéis aunque os arranquen
mil condescendencias.
ü No
pretendo que os prostituyáis, sino libraros de vanos temores; vuestras dádivas
no os han de empobrecer.
ü Casi me
disponía a advertiros que neutralizaseis el olor a chotuno que despiden los
sobacos, y pusierais gran solicitud en limpiaros el vello de las piernas.
ü Lo oculto
permanece ignorado, y nadie desea lo que no ve. ¿Qué partido sacarás de tu
hermosura si ninguno la contempla?
ü Aprended
en las quejas de otras a temer vuestro daño, y no abráis nunca la puerta a un
falaz seductor.
ü Si os dan
buenas promesas, pagad en la misma moneda
ü …el
lenguaje corriente es el que mejor impresiona. ¡Cuántas veces una carta bien
escrita produjo el incendio de un corazón vacilante, y, al contrario, un
lenguaje bárbaro echó por tierra el influjo de la beldad!
ü Y si a
toda costa os proponéis engañar a vuestros maridos, no confiéis tan caras
prendas a un amante novicio
ü El hombre
ya hecho aguanta resignado los golpes crueles, se enciende en fuego más lento,
como la leña húmeda todavía, o el ramaje recién cortado en la selva del monte;
su amor es más seguro; el del otro, más vivo y pasajero, coge con presteza el
fruto que se te escapa de la mano.
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