miércoles, 29 de diciembre de 2021

JUAN SALVADOR GAVIOTA

 

JUAN SALVADOR GAVIOTA. PDF


Juan Salvador Gaviota es una fábula novelada en la que el protagonista pasa por diversas fases existenciales de evolución.
Es un himno a la libertad, al respeto, a la comprensión, al amor y a la superación individual en la búsqueda incansable de la perfección.

En la primera etapa Juan se ve rechazado por sus compañeros por no someterse a las reglas que rigen en su comunidad y aceptadas de manera inconsciente por todos.

En la segunda fase, Juan Salvador ha trascendido a otro nivel espiritual fuera de la Tierra, cree estar en el Cielo, pero el Cielo no es un lugar, ni es un tiempo. Aprende que el Cielo es la perfección y sigue esforzándose por conseguirla. Se acuerda de sus hermanos de la Tierra y decide ayudarlos a encontrar la  razón de la existencia, la verdad y la libertad.

En la tercera parte muestra a sus alumnos el camino de la perfección basado en el amor y la comprensión, en ver más allá de lo aparente y a librarse de las cargas materiales que los atan a la Tierra. “Tu cuerpo entero, de extremo a extremo del ala, no es más que tu propio pensamiento, en una forma que puedes ver. Rompe las cadenas de tu pensamiento, y romperás también las cadenas de tu cuerpo.” Dice Juan Salvador Gaviota.


NOTAS

Para la mayoría de las gaviotas, no es volar lo que importa, sino comer. Para esta gaviota, sin embargo, no era comer lo que le importaba, sino volar.
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Se encontró mejor por su decisión de ser como otro cualquiera de la Bandada.
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Olvidó sus resoluciones de hace un momento, arrebatadas por ese gran viento.

Sin embargo, no se sentía culpable al romper las promesas que había hecho consigo mismo. Tales promesas existen solamente para las gaviotas que aceptan lo corriente. Uno que ha palpado la perfección en su aprendizaje no necesita esa clase de promesas.

Sólo pensó en el triunfo
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Cuando sepan, pensó, lo del Descubrimiento, se pondrán locos de alegría. ¡Cuánto mayor sentido tiene ahora la vida! ¡En lugar de nuestro lento y pesado ir y venir a los pesqueros, hay una razón para vivir! Podremos alzarnos sobre nuestra ignorancia, podremos descubrirnos como criaturas de perfección, inteligencia y habilidad. ¡Podremos ser libres! ¡Podremos aprender a volar!
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—Juan Salvador Gaviota —dijo el Mayor—. ¡Ponte al Centro para tu Vergüenza ante la mirada de tus semejantes! —...por su irresponsabilidad temeraria —entonó la voz solemne—, al violar la dignidad y la tradición de la Familia de las Gaviotas... —... algún día, Juan Salvador Gaviota, aprenderás que la irresponsabilidad se paga.

La vida es lo desconocido y lo irreconocible, salvo que hemos nacido para comer y vivir el mayor tiempo posible.

— ¿Irresponsabilidad? ¡Hermanos míos! —gritó—. ¿Quién es más responsable que una gaviota que ha encontrado y que persigue un significado, un fin más alto para la vida?

Juan Salvador Gaviota pasó el resto de sus días solo, pero voló mucho más allá… Juan Gaviota descubrió que el aburrimiento y el miedo y la ira, son las razones por las que la vida de una gaviota es tan corta, y al desaparecer aquellas de su pensamiento, tuvo por cierto una vida larga y buena.
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…allí estaba el mismo y joven Juan Gaviota, el que siempre había existido detrás de sus ojos dorados, pero la forma exterior había cambiado. La docena de gaviotas que estaba cerca de la playa vino a saludarle sin que ni una dijera una palabra.

Durante largo tiempo Juan se olvidó del mundo de donde había venido, ese lugar donde la Bandada vivía con los ojos bien cerrados al gozo de volar.
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La única respuesta que puedo dar, Juan, es que tú eres una gaviota en un millón. La mayoría de nosotros progresamos con mucha lentitud. Pasamos de un mundo a otro casi exactamente igual, olvidando en seguida de donde habíamos venido, sin preocuparnos hacia dónde íbamos, viviendo solo el momento presente. ¿Tienes idea de cuántas vidas debimos cruzar antes de que lográramos la primera idea de que hay más en la vida que comer, luchar o alcanzar poder en la Bandada? ¡Mil vidas, Juan, diez mil! Y luego cien vidas más hasta que empezamos a aprender que hay algo llamado perfección, y otras cien para comprender que la meta de la vida es encontrar esa perfección y reflejarla. No aprendas nada, y el próximo será igual que éste, con las mismas limitaciones y pesos de plomo que superar.
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—Chiang, este mundo no es el verdadero cielo, ¿verdad?

—No, Juan, no hay tal lugar. El cielo no es un lugar, ni un tiempo. El cielo consiste en ser perfecto. y la perfección no tiene límites. —Puedes ir al lugar y al tiempo que desees.
—Para volar tan rápido como el pensamiento y a cualquier sitio que exista —dijo—, debes empezar por saber que ya has llegado...
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— ¡Pero si es verdad! ¡Soy una gaviota perfecta y sin limitaciones! —Y se estremeció de alegría.
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Tenemos que rechazar todo lo que nos limite.
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…elegimos nuestro mundo venidero mediante lo que hemos aprendido de éste. No aprendas nada, y el próximo será igual que éste, con las mismas limitaciones y pesos de plomo que superar


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