“—¡Noventa y seis mellizos trabajando en noventa y seis máquinas idénticas! —La
voz del director casi temblaba de entusiasmo.
—Sabemos muy bien adónde vamos. Por primera vez en la Historia.—Citó la divisa planetaria:—Comunidad, Identidad, Estabilidad.—Grandes palabras”
Aldous Huxley, en 1935, compone una novela entretenida y muy interesante, considerada una de las cien mejores del siglo XX en lengua inglesa, con las caricaturas de Lenin (Lenina), personaje modelado en sus instintos y excepcionalmente apasionado, de Marx (Bernard) psicólogo acomplejado e inseguro y Watson (Helmholtz) filósofo, creador de frases hipnóticas que fijan la conducta humana, y del Profeta-Mesías-Salvador, Ford
En este mundo cuyos habitantes son inseminados y gestados in vitro, -ya no hay madre ni padre - son producidos en cadena, un embrión se divide para formar grupos de noventa y seis mellizos idénticos de épsilones - pequeños, feos y casi idiotas-; menos cantidad de divisiones para los grupos gamma – más altos, menos feos y un poco inteligentes-; grupos más reducidos de betas y un solo individuo por cada embrión para los Alfas, que serán los dirigentes, los intelectuales y con un grado de decisión bastante alto.
Los Controladores Mundiales, Alfa-más, decidieron lo que consideraron mejor para la humanidad, así que entre libertad o felicidad eligieron felicidad sin libertad de elección.
Todos los individuos de todas las castas son felices. Obligatoriamente felices, no tienen la libertad de no serlo porque han sido programados durante su gestación y su infancia para amar la tarea a la cual van destinados y rechazan cualquier otro oficio que no sea el suyo .
Los Controladores consideran que el amor es el origen de la pasión y la pasión trae consigo inestabilidad, por lo que es preferible la lujuria al sentimiento.
Desaparece la familia – “qué indecencia”- todos pertenecen a todos y a nadie en exclusiva.
El sacrificio individual, el esfuerzo, la contención, la espiritualidad no caben en ésta sociedad donde todo el mundo hace aquello para lo que está programado y, si quedara un resquicio de sentimiento, tristeza o aburrimiento tienen siempre a mano el soma, un tipo de alucinógeno sin efectos secundarios, sin resacas.
Ni siquiera Dios tiene cabida aquí. El único símbolo pseudo-religioso es la señal de la T, solo se jura por Ford y no hay necesidad de rezar a nadie, para eso está el soma.
El consumo es la rueda que hace que todo funcione, la contemplación de la naturaleza, de la belleza es gratis, es antisocial y por el mismo motivo las castas inferiores son manipuladas para que odien todo aquello que no produce beneficio económico para la sociedad.
Fuera de este mundo civilizado quedan las reservas salvajes, zonas que por su poco valor no ha merecido la pena cultivarlas, donde las personas todavía son vivíparas, tienen padre y madre, y se enamoran y sufren, se ilusionan y a veces son felices; no tienen soma pero tienen alcohol que cuando abusan de él, al contrario del soma, sufren vómitos y resacas.
Aquí, en una reserva viene a nacer, por error, John El Salvaje hijo natural de Linda una hermosa mujer Beta y de Tomakin, hombre Alfa, Director de Incubación y Condicionamiento. Es educado por los indios incivilizados, su madre, abandonada en la reserva, le enseña las letras y él aprende a leer en un viejísimo libro que los indios le dan de Shakespeare , lectura que será la referencia mental y moral en su vida.
En unas vacaciones que Lenina y Marx pasan juntos en la reserva salvaje, conocen a John El Salvaje y Marx decide, con el permiso de Su Fordería Mustafá Mond, Interventor General para Europa Oeste, viajar con él a Londres, a la civilización.
En las conversaciones que John mantiene con Watson y con Mustafá Mond se enfrentan dos visiones o corrientes filosófico-sociales del siglo XX y XXI, socialismo y capitalismo, se pone de relieve a dónde es posible llegar en nombre de “el pueblo” o de la sociedad cuando unos pocos se apropian de la voluntad de todos. También es una advertencia o crítica a los avances de la ciencia y de la técnica. Cuando nadie sea capaz de controlarlas con valores espirituales... Quizás sea algo parecido a lo que nos espera cuando la razón se haya desbocado y haya perdido, si alguna vez la tuvo, el alma.
Y entonces,como en los antiguos cuentos, viviremos para siempre en
UN MUNDO FELIZ.
José F. Álvarez
NOTAS
...éste es el secreto de la felicidad y la virtud: amar lo que uno tiene que hacer. Todo condicionamiento tiende a esto: a lograr que la gente ame su inevitable destino social.
“La eternidad estaba en nuestros labios y nuestros ojos”
Cada una de nuestras vacaciones de soma es un fragmento de lo que nuestros antepasados llamaban “eternidad”.
Juventud casi perfecta hasta los sesenta años, y después, ¡zas!, el final.
—En la actualidad el progreso es tal, que los ancianos trabajan, los ancianos continúan activos sexualmente, los ancianos no tienen tiempo ni ocios que no puedan llenar con el placer, ni un solo momento para sentarse y pensar; y si por desgracia se abriera alguna rendija de tiempo en la sólida sustancia de sus distracciones, siempre queda el soma, el delicioso soma.
La educación moral, que nunca, en ningún caso, debe ser racional.
Esto es en suma, la hipnopedia, palabras sin razonamiento
La superioridad intelectual que tiene, obliga a las correspondientes responsabilidades morales.
...no existe ofensa tan odiosa como la heterodoxia en el comportamiento... La heterodoxia está en contra de algo mucho más importante que la vida de un individuo; amenaza a la propia Sociedad.
...la valla seguía ininterrumpidamente la línea recta, el símbolo geométrico de los alcances de la voluntad humana.
Las palabras pueden ser como los rayos X, si se emplean adecuadamente: pasan a través de todo. Las lees y te traspasan.
Libertad para ser consciente y desgraciado. Libertad para ser una clavija redonda en un agujero cuadrado.
—Estabilidad —dijo el Interventor—, estabilidad. No cabe civilización alguna sin estabilidad social. Y no hay estabilidad social sin estabilidad individual.
Lo que el hombre ha unido, la Naturaleza no puede separarlo. —Crecerán con lo que los psicólogos solían llamar un odio instintivo hacia los libros y las flores.
Las flores y los paisajes— explicó—, tienen un grave defecto: son gratuitos. El amor a la Naturaleza no da quehacer a las fábricas
CONDUCTA DEL COMPLEJO DE INFERIORIDAD
Desde el momento en que le reconocía a él como un ser importante, el orden de cosas era bueno. Pero, ni siquiera reconciliado con él por el éxito, Bernard se negaba a renunciar al privilegio de criticar este orden. Porque el hecho de ejercer la crítica aumentaba la sensación de su propia importancia, le hacía sentirse más grande.
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—Sabemos muy bien adónde vamos. Por primera vez en la Historia.—Citó la divisa planetaria:—Comunidad, Identidad, Estabilidad.—Grandes palabras”
Aldous Huxley, en 1935, compone una novela entretenida y muy interesante, considerada una de las cien mejores del siglo XX en lengua inglesa, con las caricaturas de Lenin (Lenina), personaje modelado en sus instintos y excepcionalmente apasionado, de Marx (Bernard) psicólogo acomplejado e inseguro y Watson (Helmholtz) filósofo, creador de frases hipnóticas que fijan la conducta humana, y del Profeta-Mesías-Salvador, Ford
La era del Mundo
Feliz se inicia con el alumbramiento del automóvil
Ford,modeloT, año 1
fordiano, (1908 gregoriano).
En el año 141 comenzó la Guerra de los Nueve Años que acabó con la mitad de la población mundial y con la economía.
Antes de llegar a la destrucción total, los líderes decidieron hacer un mundo estable bajo un gobierno universal en una sociedad perfectamente adaptada al tipo de vida para el que cada individuo estará condicionado para amar su destino.
En el año 141 comenzó la Guerra de los Nueve Años que acabó con la mitad de la población mundial y con la economía.
Antes de llegar a la destrucción total, los líderes decidieron hacer un mundo estable bajo un gobierno universal en una sociedad perfectamente adaptada al tipo de vida para el que cada individuo estará condicionado para amar su destino.
En este mundo cuyos habitantes son inseminados y gestados in vitro, -ya no hay madre ni padre - son producidos en cadena, un embrión se divide para formar grupos de noventa y seis mellizos idénticos de épsilones - pequeños, feos y casi idiotas-; menos cantidad de divisiones para los grupos gamma – más altos, menos feos y un poco inteligentes-; grupos más reducidos de betas y un solo individuo por cada embrión para los Alfas, que serán los dirigentes, los intelectuales y con un grado de decisión bastante alto.
Los Controladores Mundiales, Alfa-más, decidieron lo que consideraron mejor para la humanidad, así que entre libertad o felicidad eligieron felicidad sin libertad de elección.
Todos los individuos de todas las castas son felices. Obligatoriamente felices, no tienen la libertad de no serlo porque han sido programados durante su gestación y su infancia para amar la tarea a la cual van destinados y rechazan cualquier otro oficio que no sea el suyo .
Los Controladores consideran que el amor es el origen de la pasión y la pasión trae consigo inestabilidad, por lo que es preferible la lujuria al sentimiento.
Desaparece la familia – “qué indecencia”- todos pertenecen a todos y a nadie en exclusiva.
El sacrificio individual, el esfuerzo, la contención, la espiritualidad no caben en ésta sociedad donde todo el mundo hace aquello para lo que está programado y, si quedara un resquicio de sentimiento, tristeza o aburrimiento tienen siempre a mano el soma, un tipo de alucinógeno sin efectos secundarios, sin resacas.
Ni siquiera Dios tiene cabida aquí. El único símbolo pseudo-religioso es la señal de la T, solo se jura por Ford y no hay necesidad de rezar a nadie, para eso está el soma.
El consumo es la rueda que hace que todo funcione, la contemplación de la naturaleza, de la belleza es gratis, es antisocial y por el mismo motivo las castas inferiores son manipuladas para que odien todo aquello que no produce beneficio económico para la sociedad.
Fuera de este mundo civilizado quedan las reservas salvajes, zonas que por su poco valor no ha merecido la pena cultivarlas, donde las personas todavía son vivíparas, tienen padre y madre, y se enamoran y sufren, se ilusionan y a veces son felices; no tienen soma pero tienen alcohol que cuando abusan de él, al contrario del soma, sufren vómitos y resacas.
Aquí, en una reserva viene a nacer, por error, John El Salvaje hijo natural de Linda una hermosa mujer Beta y de Tomakin, hombre Alfa, Director de Incubación y Condicionamiento. Es educado por los indios incivilizados, su madre, abandonada en la reserva, le enseña las letras y él aprende a leer en un viejísimo libro que los indios le dan de Shakespeare , lectura que será la referencia mental y moral en su vida.
En unas vacaciones que Lenina y Marx pasan juntos en la reserva salvaje, conocen a John El Salvaje y Marx decide, con el permiso de Su Fordería Mustafá Mond, Interventor General para Europa Oeste, viajar con él a Londres, a la civilización.
En las conversaciones que John mantiene con Watson y con Mustafá Mond se enfrentan dos visiones o corrientes filosófico-sociales del siglo XX y XXI, socialismo y capitalismo, se pone de relieve a dónde es posible llegar en nombre de “el pueblo” o de la sociedad cuando unos pocos se apropian de la voluntad de todos. También es una advertencia o crítica a los avances de la ciencia y de la técnica. Cuando nadie sea capaz de controlarlas con valores espirituales... Quizás sea algo parecido a lo que nos espera cuando la razón se haya desbocado y haya perdido, si alguna vez la tuvo, el alma.
Y entonces,como en los antiguos cuentos, viviremos para siempre en
UN MUNDO FELIZ.
"Olvidábaseme de decir":
que la relación -importante - que tiene el Ford T con Un Mundo Feliz no es otra que la producción en cadena de coches y de seres humanos. El modelo T es el primero que Henry Ford produce en cadena. en el Mundo Feliz se toma ese modelo de producción para fabricar seres humanos, por ello Ford es considerado el dios de esa sociedad feliz.José F. Álvarez
NOTAS
...éste es el secreto de la felicidad y la virtud: amar lo que uno tiene que hacer. Todo condicionamiento tiende a esto: a lograr que la gente ame su inevitable destino social.
“La eternidad estaba en nuestros labios y nuestros ojos”
Cada una de nuestras vacaciones de soma es un fragmento de lo que nuestros antepasados llamaban “eternidad”.
Juventud casi perfecta hasta los sesenta años, y después, ¡zas!, el final.
—En la actualidad el progreso es tal, que los ancianos trabajan, los ancianos continúan activos sexualmente, los ancianos no tienen tiempo ni ocios que no puedan llenar con el placer, ni un solo momento para sentarse y pensar; y si por desgracia se abriera alguna rendija de tiempo en la sólida sustancia de sus distracciones, siempre queda el soma, el delicioso soma.
La educación moral, que nunca, en ningún caso, debe ser racional.
Esto es en suma, la hipnopedia, palabras sin razonamiento
La superioridad intelectual que tiene, obliga a las correspondientes responsabilidades morales.
...no existe ofensa tan odiosa como la heterodoxia en el comportamiento... La heterodoxia está en contra de algo mucho más importante que la vida de un individuo; amenaza a la propia Sociedad.
...la valla seguía ininterrumpidamente la línea recta, el símbolo geométrico de los alcances de la voluntad humana.
Las palabras pueden ser como los rayos X, si se emplean adecuadamente: pasan a través de todo. Las lees y te traspasan.
Libertad para ser consciente y desgraciado. Libertad para ser una clavija redonda en un agujero cuadrado.
—Estabilidad —dijo el Interventor—, estabilidad. No cabe civilización alguna sin estabilidad social. Y no hay estabilidad social sin estabilidad individual.
Lo que el hombre ha unido, la Naturaleza no puede separarlo. —Crecerán con lo que los psicólogos solían llamar un odio instintivo hacia los libros y las flores.
Las flores y los paisajes— explicó—, tienen un grave defecto: son gratuitos. El amor a la Naturaleza no da quehacer a las fábricas
CONDUCTA DEL COMPLEJO DE INFERIORIDAD
Desde el momento en que le reconocía a él como un ser importante, el orden de cosas era bueno. Pero, ni siquiera reconciliado con él por el éxito, Bernard se negaba a renunciar al privilegio de criticar este orden. Porque el hecho de ejercer la crítica aumentaba la sensación de su propia importancia, le hacía sentirse más grande.
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